Nuestro buen amigo Beto Romero, de Argentina, nos compartió un cuento y a la vez un ejercicio muy interesante. En el tablero del juego de las palabras cruzadas, todas las palabras marcadas en azul pueden recibir una letra “a” al principio. Y de todas ellas, cuando ya reciben esa “a”, las subrayadas se pueden extender al final con las terminaciones “e” y “s” o “n” porque así se conjugan como verbos (ejemplo: cábalas, acabalas, acabalase y acabalases o acabalasen). Agradecemos a Beto este aporte y esperamos que lo disfruten tanto como nosotros en el equipo de Palabras en Juego.
Tengo cábalas que manejo con pocas cautelas. Al salir de las tascas (donde hago temblar las troneras del billar y sus felpas) entre sombras o travesando brumas, y mientras lustro mis charolas mustias o lavo mis colchas y las pongo en perchas, o tal vez cuando plancho las solapas, o traigo y cómodo mis vituallas, me place sentarme bajo las parras, darle comida a las poyas y probar cecinas con cebadas chirlas, huevas, semillas tóxicas (ji ji) e hinojas, o me siento en las gradas con tablas macizas, sin grietas (con algunas guachas que dan buenas migas conmigo, ja ja), o sobre las segundas vallas cantonas (tan serenas, donde se apoyan garrochas y porras), o mismo sobre esas gavillas donde guardan las zarandas (que costaron muchas guitas) y creo son dehesas cosas divinas que tiendo a disfrutar sin congojas, ni modorras. Parecen sonar a doctrinas (como creen ciertas personas quietas sacadas de plantillas que se sienten marcadas por témperas (otras se mueven como saetas rengas), se me prenden ciertas balizas cual si llegaran justicias de otras culturas.
Palabras en Juego le invita a releer….
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