
A propósito del Día Mundial del Libro y del Idioma celebrado el 23 de abril, dedico este artículo a quienes les gusta trashojar las páginas o leer la solapa en una librería antes de decidirse a comprar la última novela detectivesca, un recetario o un libro de filosofía para hacer frente a un curso universitario.
Desde la época de Gutenberg hasta la actualidad, el arte de la impresión del libro en una imprenta (emprenta, en desuso) se ha ampliado con nuevos vocablos, los cuales dan cuenta de cambios en la forma de reproducir los materiales, algunos de ellos son: linotipia, monotipia, clisado, fototipia, galvanotipia, estereotipia, offset.
Además del procedimiento de impresión, hay otros aspectos que se consideraban como los puntos de las unidades tipográficas que designan a los tipos de letras, según distintos rasgos (tamaño, inclinación, forma), y de allí surgen nombres como parangona, peticano o peticanon, nomparell, miñona, cícero, atanasia, entre otros. Los dos últimos adoptaron su nombre de dos personajes históricos (Cicerón y San Atanasio), cuyas obras fueron las primeras impresas en ese número de letra.
También se encuentran los estilos finales en cuanto a tamaño y otros detalles como letras, ilustraciones, entre otros; por ejemplo, los libros elzevirianos son muy conocidos en el mundo de la emprenta (repetimos, en desuso). El término elzeviriano deriva de elzevir o elzevirio, en alusión al apellido de una familia de impresores holandeses de gran renombre en los siglos XVI y XVII.
Otro dato importante del ámbito libreril es que la primera edición de una obra de cierta antigüedad (incunable) se denomina prínceps. Asimismo, el permiso otorgado por las autoridades del Santo Oficio para que una obra pudiera ser impresa se denomina imprimátur. El fin de esta revisión era evitar que incumpliera con los preceptos católicos.
Sin duda, el uso de los colores en los libros ha variado mucho desde las primeras imprentas caracterizadas por la monocromía, porque hoy en día es posible la bicromía, tricromía y la policromía, gracias a los avances de la impresión que evolucionó hasta la incorporación del rayo láser en las modernas impresoras digitales. Todo ello permite que pervivan los libros impresos, tesoros ocultos que aguardan en cada biblioteca y abarcan infinidad de temas, según el interés de los bibliómanos.
Palabras en Juego les recomienda releer…