Vestido, sastra y ¡fuerarropa!

La ropa ha evolucionado desde tiempos remotos, de allí que el uso de determinadas indumentarias está en consonancia con la época, el sexo, edad, condición social, oficios cultura, entre otros. Por ello, hoy abriremos el clóset, armario, guardarropa, ropero de Palabras en Juego para exhibir en la vitrina algunos términos vinculados con el arte del buen vestir. 

Así tenemos los conocidos verbos vestir y desvestir  pero, también  nos podemos sobrevestir colocándonos una prenda sobre la que ya tenemos o travestir que es usar ropa del sexo contrario. Los trajes para ir a fiestas pueden ser adquiridos en lujosas tiendas tipo boutique aunque, si el presupuesto es escaso, siempre habrá la opción de visitar la ropavejería donde con mucho gusto el ropavejero nos atenderá y encontrará un atuendo adecuado. Si la vestimenta o vestimento colgado en la percha no es de nuestro agrado, tendremos que gritar: ¡Fuerarropa!, expresión utilizada para ordenar a los galeotes, (presidiarios condenados a las galeras), que se desvistieran para recibir latigazos.

Ahora bien, el poder, el reconocimiento y las dignidades eclesiásticas  van de la mano con la ropa así que, el hecho de envestir o investir a alguien requiere la colocación de ornamentos y accesorios distintivos. Por ejemplo los sacerdotes, llevan sobre la sotana una sobrepelliz,  vestidura de color blanco confeccionada de lienzo fino aunque, dependiendo de su investidura, también pueden usar un mantelete que se coloca encima del roquete. Por su parte algunos reyes, además de la corona, reciben una capa de armiño como símbolo de su entronización.

Son muchos los procesos asociados a la confección y mantenimiento de las prendas de vestir. Por eso, hay sastras y sastres dedicados a coser o costurar, exclusivamente, ropa de caballero. Y si de distinción se trata y lo que deseamos es un veste que  nos haga lucir como una voluptuosa ninfa, resultaría un pecado imperdonable acudir a modistillas o zurcidoras de poca categoría que no aportan nada a una apariencia estilosa. Para que haya armonía, lo ideal es conjuntar el atuendo con un ropón, sobreveste, sobrerropa o sobretodo.

Cuidemos nuestras prendas y no las mezclemos en el  lavarropa. Es importante escoger un buen producto para deterger y estemos pendientes del proceso. Si la máquina lo que hace es deslavazar la ropa, quedará igual de sucia. En la observación de las lavazas (agua sucia o mezclada con las impurezas de lo que se lavó con ella) está la clave.

En un próximo artículo habrá mucha tela que cortar.

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Autor: Susana Harringhton

Venezolana, profesora universitaria, amante de la literatura, orgullosa de sus raíces. Agradecida por los amigos que la vida y las letras le han regalado.

4 pensamientos en “Vestido, sastra y ¡fuerarropa!

  1. Enrique, muchas gracias por leernos y comentar sobre el trabajo de nuestro equipo que se ve altamente enriquecido por el de los autores invitados, como este artículo de la maestra Susana Harringhton ¡Saludos!

  2. Y en muchos lugares de nuestro país, decimos ESCAPARATE, al mueble donde guardamos la ropa. Gracias Susana por tan hermoso escrito.

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