Las interjecciones forman parte de nuestra habla cotidiana y aunque las utilizamos muy seguido, a veces nos cuesta definirlas en una sola palabra así como ellas logran con pocas letras expresar ideas, sentimientos o acciones.
La Real Academia define a las interjecciones como “clase de palabras invariables, con cuyos elementos se forman enunciados exclamativos, que manifiestan impresiones, verbalizan sentimientos o realizan actos de habla apelativos”.
Si aún no tiene claro de lo que le hablo, revisaremos una breve lista de interjecciones que quizá usted utiliza y no sabía que así se les llama a esa clase de palabras.
Para expresar la sensación de frío, en Colombia y Ecuador se suele decir achachay o chachay, mientras que un boliviano dirá alaláu o alalay. Por el contrario, para expresar la sensación de calor en Ecuador se dice arrarray.
La interjección de dolor puede ser ay, atatay, ax, ayau, ayayáu y ayayay.
Para expresar reacciones a determinadas situaciones hay todo un repertorio de interjecciones, como achalay, alalá, aque, újule y zambomba, que se usan para expresar admiración, agrado o sorpresa, pero si también hay asombro, aplicaría el uso de híjole u órale.
Si la sensación es de extrañeza, se puede decir apa, ápale, mecachis o cáspita, que también se usa para expresar admiración. En Nicaragua se usa ideay para expresar extrañeza, pero si también hay enfado se puede decir carape, caracho, caramba, caray, córcholis, carijo, carajo, chófiro, jinojo, jope o pucha.
¡Caray! El espacio se agotó pero regresaremos muy pronto para continuar esta lista de interjecciones.
Lindo texto, aunque admirada por el hecho de que en Venezuela pocas de estas interjecciones son las utilzadas