Es común que un golpe en la cabeza o en la frente dé lugar a la aparición de un chichón, esta protuberancia que resulta dolorosa y desaparece después de unos pocos días, aunque desde el punto de vista estético no sea agradable.
Las opciones para hacer desaparecer el chichón son diversas: desde cremas, pomadas, hielo, hasta otras más curiosas que he visto en mi país tales como aplicar mantequilla, sal y colocar una moneda para comprimir el bulto o aplicar presión con una cucharilla. Existe la chichonera, un gorro diseñado para proteger la cabeza.
En términos lingüísticos, el chichón crece y se expande con diferentes nombres como chinchón, bollo, turumbón, burujón o tolondro, tolondrón o torondo (en desuso). En varios países de América Latina se usa chibolo o chibola, mientras que chindondo es propio de El Salvador; bodoque se emplea en Honduras y México; chichote en Nicaragua, cototo en Chile y porcel en Murcia.
En México se usa chipote, lo que nos recuerda al entrañable Chapulín Colorado con su chipote chillón, listo para defenderse. Y como “todos mis movimientos están fríamente calculados”, es hora de terminar, ¡Que no panda el cúnico si les sale un chichón!
Palabras en Juego les recomienda releer…
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