¡Cuidado con los ladrones!

Desde Alí Babá y los 40 ladrones cargados de piedras preciosas y oro hasta los ardides de un jáquer para extraer información en la red, el mundo ladronesco es siempre peligroso, así que me inmiscuyo con sigilo y con temor para observar cómo un timador o galafate roba a sus víctimas con arte, disimulo o engaño.  

Estas personas malvadas o maldosas se apropian de lo que no les pertenece de distintas maneras, como el palquista, que accede mediante balcones y ventanas, o el carterista, que roba billeteras y también puede rapiñar o practicar el arrebatón, que es cuando priva a alguien de sus pertenencias de forma rápida, violenta e inesperada. Lo que se llama comúnmente un asalto. Y si se comete en una ruta de transporte tenemos a los salteadores de caminos. Asimismo, monra es un peruanismo para el hecho de robar una casa por dos medios: violentando la cerradura o escalando las paredes del inmueble. 

Hablemos de niveles en el mundo del robo: el ratero, randa o ladronzuelo solo se lleva cosas de poco valor y también recibe el nombre vulgar de chorizo, porque se dedica a chorar, chorizar o choricear, que sería lo mismo que ladronear. Un malandrín, en Perú, es un ratero, y malandro en muchos países es alguien, especialmente joven, que delinque y esto va más allá del robo y el daño en propiedad ajena.

Dos verbos relativos a la acción de los delincuentes son fachar y cogotear, de uso en Cuba y Chile, respectivamente. Otro sinónimo coloquial para robar en mangar, por lo que los que hurtan son llamados también mangantes. Y cuando se introducen a un lugar para apoderarse de todo o de la mayor parte de las cosas de valor, el verbo es saquear, acto cometido por saqueadores.

Del personaje mitológico homónimo nos llega caco, quien se atrevió a desafiar la fuerza de Hércules al apropiarse de algunas cabezas de ganado del héroe griego, por lo que podemos considerarlo un cuatrero de antigua data.  

El término caco es frecuente en los titulares de las noticias de varios países para describir acciones de estos malhechores en el transporte público o centros de esparcimiento. En estos lugares es posible que las personas se distraigan y no presten atención a los objetos de valor de su propiedad y allí, súbitamente, aparece el descuidero y hurta de manera subrepticia lo que puede; esta acción de birlar entraría dentro del llamado crimen de oportunidad, de allí que siempre hay que estar alerta para librarnos de quienes se dedican a garramar, verbo que significa hurtar algo mediante la astucia y el engaño. 


Palabras en Juego les recomienda releer… 

Ladrón

Mangante

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Autor: Susana Harringhton

Venezolana, profesora universitaria, amante de la literatura, orgullosa de sus raíces. Agradecida por los amigos que la vida y las letras le han regalado.

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