“Mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!”, así resumió una gran figura de la literatura hispana, Gustavo Adolfo Bécquer, el sentimiento de alegría que provoca esta estación del año en la que las flores y el sol nos dejan ver un paisaje lleno de vivos colores.
La primavera es la época templada que en el hemisferio boreal (el norte) comprende entre marzo y mayo, y en el austral (el sur), entre septiembre y noviembre.
Astronómicamente, es la estación que inicia en el equinoccio de primavera y termina en el solsticio de verano. Ahora bien, en el equinoccio, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días son iguales a las noches en toda la Tierra, lo cual sucede del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de septiembre. En el solsticio, en cambio, el Sol está en uno de los dos trópicos y esto sucede del 21 al 22 de junio y del 21 al 22 de diciembre.
Volvamos a la palabra primavera: también es una planta con flores amarillas similares a un parasol o un quitasol; un tejido de seda sembrado y matizado de flores de varios colores y una cosa vistosa, de hermoso colorido. Además, se le llama así a cada uno de los años de edad de los jóvenes (por eso las quinceañeras celebran sus 15 primaveras) y al tiempo en que algo está en su mayor vigor y hermosura.
No está claro el origen del vocablo: viene del latín primum, “primer”, y se adjudican a vera significados como “verano” y “verdor”. Lo cierto es que en esta época las plantas retoñan o vuelven a echar vástagos y esto nos invita a revisar algunos vocablos primaverales. ¡No te pierdas la lista de mañana!
FOTOS: CORTESÍA DE ITSER GONZÁLEZ
¡Gracias por compartir, Vivian! Apreciamos tus palabras y el dato que, al menos yo, no conocía. En México tenemos también una llamada ciudad de la eterna primavera, que es Cuernavaca, cerca de la capital del país.
Linda época! Interesante artículo! Les cuento que Guatemala es el país de la eterna primavera.