Un apacorral es un árbol gigantesco de Honduras, cuya corteza, sumamente amarga, emplean los campesinos como remedio tónico y febrífugo.
A diferencia de la mayoría de los relatos de Memorables, esta palabra no la coloqué yo: lo hizo mi rival Carlos Martínez (Dinamita en Rede) durante una partida de los entrañables maratones de Scrabble que solíamos tener en San Antonio de los Altos, Venezuela, por allá en el 2009. Eran aproximadamente las tres de la mañana. Había mucho silencio en la sala, todos los jugadores presentes permanecían concentrados en sus mesas y con mucho sueño, cuando de pronto se me escapó en voz alta y con mucha incredulidad, la impugnación de aquella sorprendente jugada de 57 puntos.
Todos se exaltaron ante mi reacción, y es que Dinamita aprovechó la palabra “corral” previamente colocada en el tablero para agregar al principio “apa” y alcanzar el triple de palabra. Tan estruendosa fue esa irrupción en la sala aquella madrugada que provocó que todos se «despertaran» del letargo de sus partidas, en especial mi querida Violeta Verde, a quien tenía justo en la mesa de al lado. Desde aquel entonces y hasta el día de hoy, como si se tratase de una especie de bautismo, Violeta todavía me llama y, con mucho cariño, apacorral.
Palabras en Juego les invita a leer otros relatos sobre Violeta Verde y Carlos Martínez:
Comentarios recientes