Mexicanismos

El humorismo de los mexicanos ha generado vocablos que, a fuerza de uso, hoy están en el Diccionario como mexicanismos: palabras o usos propios del español hablado en México.

Así, vemos que chido significa bonito o muy bueno; güey es una persona tonta (y es un vocativo coloquial muy común); y guzgo, un glotón (que come con exceso y ansia). Un coscolino es alguien enamoradizo (y una coscolina es una mujer descocada) y ser un cuero o un forro es ser muy guapo y atractivo. El adjetivo espiritifláutico se le da a una persona muy flaca, así como gordinflas, gordinflón y timbón son usados en personas obesas y barrigudas o barrigonas.

Un bodorrio -forma despectiva para una boda- es una fiesta desordenada y ruidosa en la que puede haber briagos -gente embriagada por bebidas alcohólicas- e incluso algún borrachales, como se les dice en México a los borrachines o, en una expresión más correcta, a las personas que tienen el hábito de embriagarse.

Un desgarreate o desgarriate es un conjunto de cosas sin orden; el despapaye, una situación de desorden o confusión. Un pelangoche se define como un pelanas (persona inútil y despreciable) pero se deriva de pelado: persona de las capas sociales menos pudientes e inferior cultura. Pelangoche es particularmente quien recurre a vulgaridades y albures para expresarse.

Marcos Araque nos trajo un dato interesante en Cantinfleando: la Real Academia Española incorporó a nuestro idioma -desde 1992- el verbo cantinflear y, de ahí, otras palabras relacionadas: cantinflas -una persona que habla o actúa como “Cantinflas”-, cantinflada, cantinfleo, cantinflesco y acantinflado. Cantinflear es hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada, como lo hacía este divertido personaje de exportación cultural encarnado por el gran cómico mexicano Mario Moreno.

Concluyamos esta primera parte recordando a “Cantinflas en la película “El portero” (1950) cuando le presume al adusto profesor que se sabe los verbos impersonales, “desde el presente de ‘indigestivo’ hasta el pretérito del ‘pluscuamperfeito”, y recibe como reto conjugar el verbo llover: “Yo me mojo, tú te mojas, él se moja, nosotros nos empapamos, vosotros os empapáis, ellos chorrean… oiga, usted, ¡qué aguacerote! Yo sí que ahora traigo gabardina pero usted… se va a resfriar”.

Autor: Norma Garza

Periodista mexicana. Admiradora de los genios, las mamás, los migrantes y los visionarios. Aficionada a las risas, las palabras amables, el cine y el karaoke.

4 pensamientos en “Mexicanismos

  1. Que gracioso! Nunca me imagine que existiera el verbo cantinflear!!! Me trae recuerdos de pequeña…gracias!!!!

  2. Me encantó!!!!
    Además de que «cantinflear» ya se considere un verbo que pueda conjugarse, excelente cierre!
    Este ha sido, a mi gusto, el mejor de sus artículos.

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