El interiorismo está de moda y aclaro que no tiene nada que ver con procesos introspectivos: se trata del arte de acondicionar y decorar los espacios interiores de casas, oficinas u otros. En la actualidad estamos distantes de los 10 tomos de la Enciclopedia Salvat de bricolaje que tenía mi abuela, los cuales daban instrucciones para que la persona aprendiera a hacer reparaciones en su casa con herramientas como abrazaderas, caladoras, serruchos, y otros instrumentos para escofinar o desbastar la madera.
Las modernas aplicaciones tecnológicas permiten visualizar en 3D el diseño de la casa soñada, sin negar el bum de programas televisivos donde personas famosas, y otras no tanto, participan en cada episodio para ver la transformación ocurrida luego de redecorar su casa, así que todo un equipo toma el control y vienen equipados con maquinarias diversas además de herramientas manuales como palustres de albañil, flexómetros para tomar medidas, martillos, mandarrias, tiralíneas, plomadas y muchas más.
La tarea no siempre resulta sencilla, porque el proceso de remodelación depara sorpresas, ya que en el camino se deben reorientar los diseños originales, a veces por razones de presupuesto u otras porque se descubren obstáculos que impiden reacondicionar según lo planificado y toca machihembrar o machimbrar el techo porque la madera está podrida, huequear las paredes “a mandarriazo limpio” y hormigonar nuevas bases luego de mezclar arena, cemento y granzón en la hormigonera, además de zanjear y destroncar los árboles para crear un nuevo ambiente en el cual se pueda jardinear sin ningún inconveniente.
La parte final de los reality es el asombro demostrado por los dueños de la casa al recibir un espacio renovado por los interioristas, encargados de funciones como reducir la cantidad de seibós, encimeras, alhacenas y de craquelar los muebles imprescindibles para dar un toque de color con el fin de mantener como base los tonos neutros propios del estilo minimalista.
Palabras en Juego les recomienda releer…
Te la comiste Susana, excelente artículo. Palabras que desconocía las llevaste a la luz pública. Me encantó