Hace apenas unos días, nuestra infatigable amiga Norma Garza nos regaló dos valiosos artículos referidos a los sustantivos femeninos abstractos que se crean al añadir los sufijos “-ez” y “-eza”. Luego de leer esos artículos, me quedé pensando en el gigantesco mundo de los sufijos, y se me ocurrió hacer una pequeña aproximación a otro sufijo terminado en la hermosa letra zeta.
Algunos sustantivos y adjetivos tienen la marca de género femenino en la terminación “-triz”: esta tiene su herencia directa del latín (desde donde etimológicamente se deriva, de “-trix”) y por tal razón, históricamente se le ha asociado como una terminación culta, tenemos actriz y emperatriz, como modelos de sustantivos, y motriz, como adjetivo.
Un criterio que no debemos olvidar es que entre los sustantivos y los adjetivos que los califican debemos guardar la concordancia entre género y número. Quizás parezca algo poco entendible solo referirlo, así que con algunos ejemplos lo visualizaremos mejor… si la emperatriz tiene un carácter difícil, debemos decir: “la emperatriz hostil”. Y si deseamos usar el adjetivo femenino “motriz”, debemos utilizarlo junto a un sustantivo que también sea femenino. Decir “el taller automotriz” o “el parque automotriz” rompen las reglas de concordancia, lo correcto sería “el taller automotor”, “el parque automotor”, “la industria automotriz”, etc. También debe guardarse la concordancia con todos los adjetivos compuestos a partir de “motor”, como automotor, electromotor, locomotor, sensomotor y (p)sicomotor, ya que tienen dos femeninos: automotor y automotriz, electromotora y electromotriz, locomotora y locomotriz, psicomotora y psicomotriz, etc.
Resumiendo, podemos tomar una ruta práctica aseverando que el sufijo “-triz” indica el femenino de todas las palabras terminadas en -dor y -tor. Salvo algunas particularidades donde se amerita un estudio más profundo, como es el caso de meretriz: esta, etimológicamente, viene del femenino (meretrix) del verbo en latín mereo, merui, meritum, que significa “ganar”, o “ganarse”, “merecer”, “cobrar”. “Meretrix” es, evidentemente, la que cobra, la que merece, la que se gana la vida por sí misma. De allí entonces, que meretriz pasa a ser, de este simpático e interesante modo, el femenino de merecedor. Un caso de estudio similar a meretriz, lo presenta la palabra matriz y más curiosamente el término venadriz, que aunque no tiene la misma terminación, tiene exactamente las mismas características etimológicas (del latín venatrix -icis), siendo el femenino de venador, hombre que caza.
Abordaje distinto por la complejidad de su etimología (ya que presenta diversas raíces), lo tiene la palabra cicatriz, por un lado viene del latín cicatrix, cicatricis -señal de una herida, desgarro o escoriación, también vulgarmente, zurcido-. Por otra parte, pudiera estar asociada al griego “eskhara” que significa -costra que se forma después de una quemadura-, y finalmente, pudiese tener asociación con el término inglés “scar”, que significa cicatriz.
En un siguiente resumen, podemos ejemplificar de una manera más clara, otros sufijos con la terminación “-triz”. Mientras tanto, si conoce usted, amigo lector, palabras que debamos agregar a este tema, no dude en ofrecernos su valioso comentario.
Hola, muy interesante esta gama de vocabulario que en su mayoría hoy aprendí, gracias por esta flia de palabras que las he manejado, muy poco, pero que si las conozco, no así, pero con menos estilo.
Muy ilustrativo el artículo, excelente