Recientemente recibí la visita de un buen amigo que tiene un canal de cocina en YouTube, porque le ofrecí mi casa para grabar un episodio de su serie de programas (y para que me cocinara), y tuve la cortesía de ofrecerle un trago mientras se hacía la grabación, lo que en Venezuela se llama coloquialmente un palo de ron.
Ofrecer un palo podría no entenderse en otras latitudes, porque un trago de bebida alcohólica tiene distintos nombres en cada país, como bojazo, chimiscolazo, guaspirolazo, mecatazo y calazo, en Nicaragua, pero en El Salvador se le dice riflazo, triquis, alipús, cachimbazo o unos petequenes (solo en plural). En Honduras se usa riendazo y tapazo.
Un trago en Cuba es un cañazo, cañangazo o fotutazo, en Colombia es un canelazo, y en varios países de Centroamérica es un farolazo. En México le dicen friega o fogonazo, si es de tequila, estamos hablando de un tequilazo, pero hay que tener en cuenta que este tipo de trago mexicano es como una gorgorotada, una porción de licor que se bebe de un solo golpe. Coloquialmente se dice que un trago grande de bebida alcohólica es un lingotazo.
Así como el tequila le da el nombre a su trago, si se trata de aguardiente, también tiene nombres específicos, en Nicaragua es un mielazo o un mechazo, pero si ese aguardiente es muy fuerte, es un quemón.
Tras dar este recorrido por los nombres que reciben los tragos, les sigo contando lo que pasó en la cocina después de dar unos chupitos al licor o licuor que nos servimos.
Después de varios palos de ron, la consecuencia fue que la pasamos muy bien (y quizá por eso al licor coloquialmente le llaman quitapenas), pero también se nos olvidó grabar ciertas tomas que estaban en la pauta, simplemente porque estábamos ligeramente ebrios, o achichados, como dicen en Cuba y Honduras. En El Salvador dirían que estábamos carones, alebrestados o totorecos. En otros países dirían que estábamos copetones, achispados, calamocanos o chirlomirlos, pero en cualquier caso divertidos, y me gusta más esta última palabra, que sería la elección de argentinos y peruanos. En el pasado se usaba epoto para referirse al que estaba casi ebrio. Nótese que no estamos usando palabras que describan a quien está totalmente ebrio, sino ligeramente, porque la lista para borracho, ebrio o briago es algo extensa y amerita una entrega aparte.
En la entrevista de cierre hablamos de todo lo que se hizo, y fue allí donde surgió este tema de las bebidas espirituosas o espiritosas que hoy comparto.
Les cuento lo que sucedió tras bastidores, pero no les voy a revelar lo que pasó en la cocina, porque eso tienen que verlo en YouTube para que se les haga agua la boca con esas pamplonas de la gastronomía uruguaya que preparó Andrés mientras hacíamos una bebiata en mi cocina, que es como le dicen coloquialmente en Nicaragua a una reunión de amigos para beber licor.
Brindemos, y buen provecho.
Excelente artículo! Chinchín!, Salud!, Lejaim!, . seguro hay muchas formas de brindar, propias de cada país, que ahora te toca investigar Mikel.