Hace alrededor de 24 años, estando yo en el último año escolar de lo que en casi todos los países se conoce como secundaria, participaba en un concurso de poesía, el cual de manera fortuita gané. En aquel tiempo no escribía solo por participar en el mencionado concurso sino porque también me adentraba en el mágico mundo de la conquista.
Recuerdo claramente de aquella época algunas líneas, unas de ellas las escribí a una chiquilla que rompió mi corazón. Nunca olvidaré una frase en particular: le escribí que existían personas que no “sabían valorar los verdaderos valores”, esa frase me pareció muy sabia para el momento, porque quería hacer de su conocimiento que había roto el sentimiento que por ella sentía, no valorando en lo absoluto aquello tan lindo que le profesaba.
Hoy, bastante tiempo después, evoco aquello porque leía un fragmento de El burlador de Sevilla, obra de Tirso de Molina que dice “¡Vive Dios que la he de ver! Veréis la mayor belleza que los ojos del rey ven”. En esta ocasión, como en aquella época de mis intentos poéticos más tempranos, pensé que había redundancia en las expresiones. Estaba equivocado, estaba y ahora también lo estoy, en presencia de una figura retórica llamada derivación, pero que también es conocida como políptoton.
Esta figura consiste en la repetición de una misma palabra con diferentes morfemas flexivos (masculino, femenino, singular, plural, modo verbal, etc.). El políptoton se usó mucho en la poesía castellana del siglo XV, siendo propia de la corriente barroca. El genial Miguel de Cervantes usaba este recurso: “la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura…” (Quijote, I, 1). Recordemos que fermosura es una forma en desuso de la palabra hermosura.
Otros ejemplos de políptoton serían…
No me mires, que miran
que nos miramos;
miremos la manera
de no mirarnos.
No nos miremos
y, cuando nos miren,
nos miraremos.
U otra perla de Cervantes:
Como se mudan los vientos,
como se mudan los ramos,
que, desnudos en invierno,
se visten en el verano,
mudaremos nuestros bailes
por puntos y a cada paso,
pues mudarse las mujeres
no es nuevo ni extraño caso (…)
Ya para terminar tenemos…
“¿Cómo quieres que te quiera si el que quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?” Ejemplo este, que gracias a YouTube acompañamos con la hermosa canción de Rosario Flores, “¿Cómo quieres que te quiera?”
Palabras en Juego les recomienda releer…
Hola, buenos días, maravillosa retórica, reconozco algunas como:pleonasmo,prosopopeya y algunas otras, pero, gracias por aprender otras que para mi son desconocidas! Felicitaciones por tus amplios conocimientos al respecto..