En este artículo retomamos el tema de los periodos y frecuencias que abordamos en El diario que leo a diario, ya que en ese trabajo solo llegamos hasta aquellos eventos que se repiten anualmente.
Los que siguen son términos parecidos y por ello tienden a confundir aunque los períodos o frecuencias distan en el tiempo, como bianual y bienal. Lo primero ocurre dos veces al año, y lo segundo sucede o se repite cada bienio (periodo de dos años), como las bienales más importantes. Este término es comúnmente usado en el mundo del arte para montar una manifestación internacional de arte contemporáneo, como la Bienal de Venecia, que es la más antigua de la historia.
Además de bienios, también existen trienios, cuatrienios (o cuadrienios), quinquenios, sexenios y septenios, que son los lapsos de tres, cuatro, cinco, seis y siete años, respectivamente. De los eventos que ocurren cuando se cumplen los periodos antes mencionados, se dicen que son trienales, cuatrienales o cuadrienales, quinquenales y sexenales, pero curiosamente queda fuera el septenio, huérfano de adjetivo válido. Es de destacar que es usual emplear estos términos para referirse a periodos administrativos. El salto en este orden nos lleva al decenio, que es el periodo de diez años, y lo que dura un decenio es decenal.
Un decenario es también un decenio, que es el equivalente a dos lustros, que sumados hacen también la muy conocida década. Pero si el periodo dura poco más de diez años, nos encontramos a la endécada, que es el lapso de 11 años. Luego está el quindenio, que es el tiempo de 15 años, y lo que sucede o se repite cada quindenio es quindenial.
Si contamos los años de diez en diez, o de decenio en decenio, encontramos que hay eventos decenales, vicenales, tricenales y cuadricenales. Los decenales duran diez años, los vicenales suceden cada 20 años o duran 20 años, mientras que los tricenales duran o se repiten cada 30 años y los cuadricenales se hacen cada 40 años.
Haremos aquí una pausa para regresar en otro momento con los siglos pero la invitamos a hacer un ejercicio mental: cuando me preguntan la edad, yo prefiero contar de lustro en lustro, pero quizás otros preferirán contar de década en década. ¿Usted cuántos lustros, décadas o endécadas tiene? Para responder puede hacer una combinación de todos los anteriores.
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