Tromba en Paraguay

Tal vez por “extraño sortilegio” como dice una vieja canción paraguaya, ese día de nuestras vidas (que podría haber sido el último), coincidimos seis amigos paseadores: Luis, Vicky, Luzma, Suzanne, Óscar y quien esto escribe.

Después de un agradable paseo por la campiña y por la zona arqueológica de la misión jesuítica de Santísima Trinidad en Paraguay, regresábamos contentos de haber apreciado tan interesante lugar, guiados por una experta conocedora de su historia. Pero quizá más importante que eso fue el haber tenido todo un día de convivencia con personas queridas con quienes además de una amistad, se comparte una afición, la de disfrutar el juego de mesa llamado Scrabble. Debíamos llegar a las ocho de la noche a Asunción para participar en la sesión inaugural del Torneo Mundial de Scrabble, a celebrarse en el Gran Hotel Paraná de la capital paraguaya.

Jair Suárez (q. e. p. d.), Vicky Galindo, Jorge Herrera, Suzanne Stephens, Francisco Javier Guerrero, Omar Sandoval y Alejandro Gámez, jugadores mexicanos de Scrabble.

Pardeaba la tarde y faltaban dos horas para llegar a Asunción. Óscar manejaba a alta velocidad por una angosta carretera iluminada escasamente por los fanales de la camioneta cuando en nuestra visión surgió algo inesperado: a no más de 200 metros adelante teníamos una masa de color grisáceo. Yo no sabía si se trataba de polvo, neblina, o una combinación de ambos. Ante la inminencia de penetrar en algo desconocido, Óscar redujo considerablemente la velocidad y, apenas entramos en aquella nube extraña, escuchábamos y veíamos una lluvia que caía a raudales. El sonido del agua estaba acompañado por el estruendoso ruido provocado por el granizo, que golpeaba la camioneta como si fueran pedradas. La visibilidad se hizo prácticamente nula y Óscar detuvo la camioneta.

Después de una media hora disminuyó la intensidad de la lluvia y pudimos reemprender la marcha a no más de 30 kilómetros por hora, pues apenas se podía distinguir la carretera a 50 metros. Habríamos caminado unos cinco minutos cuando nos encontramos una obstrucción causada por un letrero señalizador de estructura de acero, de los sostenidos por sendos postes en los acotamientos del camino; el letrero solo estaba sostenido por uno de estos pues el otro había cedido y la estructura descansaba directamente en el asfalto, lo que imposibilitaba el paso de vehículos. La lluvia se dejaba sentir más cuando llegaban fuertes ráfagas mientras la oscuridad era apenas contrarrestada por las luces de la camioneta. 

Para pasar era indispensable hacerlo por el angosto carril de seguridad -convertido en lodazal- cuyo límite estaba en una cuneta de inescrutable profundidad. Gracias a la habilidad de Óscar y al ojo avizor de Suzanne que fungió como copiloto, pasamos casi rozando la estructura caída del lado izquierdo del vehículo, cuyas ruedas del lado derecho patinaban en el fango.

Norma Garza, Óscar Díaz y Luz María Galindo

Una vez librado el obstáculo, pudimos llegar a Asunción con dos horas de retraso. Ya casi había terminado la reunión inaugural pero nos consolamos brindando con algunos culines de las botellas de cava que habían sido llevadas para el brindis. Ni modo.

A la mañana siguiente las noticias informaron sobre los grandes destrozos que había causado la tromba, que incluyó granizos del tamaño de una naranja. Cuatro personas habían perdido la vida. Al transcurrir la vivencia no imaginamos que verdaderamente estábamos en un serio peligro, ni siquiera supimos que se trataba de una tromba; quizá fue mejor.

***

Los hubieras son siempre inútiles; sin embargo, me permito fantasear y dejar correr la imaginación con propósitos lúdicos. Para ello necesito unos cuantos supuestos.

¿Qué hubiera sucedido si no lográbamos superar el obstáculo en la carretera y, peor aún, si al intentar pasar, la camioneta hubiera caído a la cuneta? Muy probablemente el auxilio hubiera llegado hasta el día siguiente ya que el lugar donde nos encontrábamos estaba lejos de cualquier poblado.

¿Cómo nos la hubiéramos arreglado en caso de tener que pernoctar en la camioneta? Consuela saber que entre nosotros se encontraban dos médicos que podrían auxiliar a quien sufriera algún trastorno; pero pasar la noche en un espacio tan reducido aseguraba grandes incomodidades. No teníamos comida ni suficiente manera de abrigarnos contra el frío. Ni qué decir de las infames condiciones para satisfacer las necesidades fisiológicas.

¿Cómo hubiéramos reaccionado cada uno y en grupo ante las circunstancias? ¿Tendríamos que haber enfrentado situaciones de mayor peligro por estar oscuro, en despoblado y en un entorno desconocido? ¿Podríamos haber mantenido la armonía y el buen humor? ¿Nos hubiéramos comportado con prudencia, solidaridad, generosidad?

Cuántas respuestas que nunca conoceremos. Poder vivir algo tan especial como pernoctar en esas condiciones con otras personas que, aún siendo muy estimadas por los demás, hubiera sido una excelente oportunidad de conocernos entre nosotros y cada uno en lo personal.

En este caso el final fue otro. ¡Qué bueno!

sortilegio: Adivinación que se hace por suertes supersticiosas.

jesuítica: Perteneciente o relativo a la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola en 1540. También, dicho del comportamiento, significa hipócrita, disimulado, ofensivo.

fanal: Farol grande que se coloca en las torres de los puertos para que su luz sirva de señal nocturna. También es una campana transparente que sirve para que el aire no apague la luz puesta dentro de ella o para atenuar y matizar el resplandor o para resguardar del polvo lo que se cubre con ella. Además, son cada una de las grandes lámparas que usan ciertas embarcaciones de pesca para atraer a los peces y cada uno de los grandes faroles que, colocados en la popa de los buques, servían como insignia de mando.

reemprender: Continuar una acción que se había interrumpido.

culín: Escasa porción de líquido que se sirve en un vaso o queda en el fondo de un recipiente.

tromba:  Manga (columna de agua que se eleva desde el mar) o avenida de agua o chaparrón intenso y repentino. También es una irrupción tumultuosa de personas.

NOTA: ESTE RELATO FUE ESCRITO EN OCTUBRE DE 2017, CUANDO SE CELEBRÓ EL XXI CAMPEONATO MUNDIAL DE SCRABBLE EN ESPAÑOL EN PARAGUAY.

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Autor: Jorge Herrera "Jorgerre"

Mexicano. Profesiones: ingeniero químico e historiador. Actividades: profesor y escritor. Aficiones: actor y escrablista. Soy un incansable buscador de verdades y momentos felices, preferiblemente compartidos.

4 pensamientos en “Tromba en Paraguay

  1. Muchas gracias a Jhoanna, a Suzanne y a Luzma por sus comentarios. Siempre es bueno tener una respuesta a lo que uno escribe.

  2. Excelente narrativa Jorgito, recuerdo nuestras caras de incertidumbre ante la fuerza de la naturaleza que nos tomó por sorpresa, pero gracias a la pericia de Oscar y al apoyo de Suzanne salimos bien librados. Indudablemente una experiencia difícil de olvidar.

  3. Como me acuerdo de ese viaje! Había sido un día perfecto. Fuimos de los pocos visitantes a las ruinas de las misiones; los únicos otros turistas eran una familia brasileña. Siendo que el lugar es Patrimonio de la Humanidad, sorprende la falta de afluencia de gente. El regreso fue realmente dramático, y Jorge capta perfectamente el nerviosismo y tensión que sufrimos, sólo mitigados por la pericia al volante de Óscar. De adolescente leía los cuentos de Horacio Quiroz, que versan sobre el hombre versus la naturaleza, justo por esos lares. Ese día me sentí como un personaje en uno de sus relatos.

  4. Que interesante relato. Vine al Mundial en 2017 a Asunción (ciudad donde ahora vivo) y recién hoy me estoy enterando de su «aventura». Que bueno que solo haya quedado para eso, una anécdota para contar. Un abrazo para ustedes!!!

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