Día de fiesta

Hoy es viernes y nos vestimos de gala para celebrar los 800 artículos que se completaron ayer. El traje de algunas damas está confeccionado con aceituní, una tela rica proveniente de Oriente muy utilizada en el medievo, otras se decidieron por el rasoliso, que en nada se parece al rasete, un raso de menor calidad. Una invitada muy osada anunció que su vestido será de una tela nubarrada o nubada, llamada así por estar coloreada en forma de nubes. 

Esta es una celebración muy importante, así que no habrá nada de pingos (vestidos feos o que sientan mal). Invitadas y anfitrionas se esmerarán en lucir geniales. Además, es una ocasión ideal para alhajar la cabeza, manos y cuello, una hermosa alfaja (alhaja, en desuso) aportará elegancia. 

Con respecto a los caballeros, volviendo a una práctica antigua, utilizarán brillantina en el cabello. En el bolsillo de la chaqueta del traje llevarán un pañizuelo o lenzuelo (pañuelo), un signo clásico de sobriedad y distinción. Además, todos lujarán o lustrarán con esmero sus zapatos que, obviamente, no pueden tener ningún picaño o remiendo. 

Habrá tanta música divertida que los zapatos de los asistentes se van a destaconar (gastar los tacones), ¡la ocasión bien lo merece!

Palabras en Juego les invita a releer…

De hilados y telas

Tramas y urdimbres

Geografías textiles

Tejidos franceses

Elegantear y galantear

Autor: Susana Harringhton

Venezolana, profesora universitaria, amante de la literatura, orgullosa de sus raíces. Agradecida por los amigos que la vida y las letras le han regalado.