Cuando algo se avizora o se sospecha de algo, la gente suele emplear una frase en la que indica que algo le huele bien o mal para dar a entender qué es lo que espera de eso en particular. Del mismo modo, cuando algo ha sucedido -para resumir la experiencia- también se suele afirmar que dejó un buen o mal sabor de boca, pero en ningún caso se hace referencia a qué tipo de olor y/o sabor, a pesar de lo específico que puede ser nuestro idioma para indicar que algo es sápido o fragante. Por ejemplo, se puede decir que es afrutado algo que tiene un sabor o un aroma que recuerda al de la fruta.
Vamos a comenzar este viaje por los sentido para saborgar y a la vez saborear, asaborar o asaborir detenidamente y con deleite las saporíferas palabras que compartiremos en las próximas líneas. La invitación es a catar, degustar y también a oler, olfatear, oliscar u olisquear letra por letra.
Hay sabores intensos y olores subidos los cuales se pueden describir como agudos. Si algo tiene sabor agrio, se dice que es ácido (o agro) y son agrias las frutas como el limón, la naranja y otras semejantes, que son las que tienen agrura (sabor acre o ácido). Se habla del sabor acre o la desusada agreza para describir lo que es áspero y picante al gusto y al olfato, como el sabor y el olor del ajo, aunque existe la palabra aliáceo, que es específica para describir ese olor a ajo.
Hay sabores básicos que detectan nuestros receptores gustativos y uno de ellos es el amargo (también amargor y amargura), que es aquello que tiene el sabor característico de la hiel, y de esta palabra se derivan los verbos helear, ahelear (poner amargo como hiel) y rehelear (tener o dar sabor amargo como la hiel), pero si se da el sabor del hierro el verbo es aherrumbrar, ya que herrumbre es el gusto o sabor que algunas cosas toman del hierro. Y si de metales se trata, es estíptico lo que tiene sabor metálico astringente.
Astringente es aquello que en contacto con la lengua produce una sensación mixta entre la sequedad intensa y el amargor, como el vinagre, que es agrio y astringente. Hacer que ciertos frutos o legumbres tomen el sabor del vinagre es encurtir.
Lo que tiene sabor a humo es ahumado. Un sabor u olor aguardentoso es aquel que es o parece de aguardiente. Se dice que es acanelado el que tiene el sabor de la canela, lo que tiene una mezcla de agrio y de dulce es agridulce. Un sabor semejante al guarapo (jugo de la caña dulce exprimida) es aguarapado, que si califican de dulzón no es una buena señal, ya que se trata de algo dulce pero desagradable y empalagoso. Lo salado es salso y salsedumbre.
Lo que no tiene sabor es desabrido, desaborado, desaborido, tiene desabrimiento o simplemente tiene desabor, es insípido o sinsabor. También se puede hablar de un sabor acibarado, el que es amargo o desabrido.
No todos los olores o sabores son buenos, como algo ingustable o tasto, que no puede gustar a causa de su mal sabor, pero si se unen un mal sabor y olor podemos decir que está rancio o resquemo, y una zupia es un líquido de mal aspecto y sabor. Si de olores se trata específicamente, podemos hablar de sobacuno: el olor procedente de los sobacos, el cual es desagradable.
En caso de haber sabor, pero usted siente que ha perdido totalmente la capacidad de apreciarlo y no puede determinar si algo tiene sabrimiento, si está sabroso o saboroso, estaríamos ante un posible caso de ageusia. En el caso de la pérdida completa del olfato, se llama anosmia, y cualquiera de los síntomas antes mencionados en esta época de pandemia es una señal a la que debe prestar atención y, aunque no pueda determinar sabor u olor, podrá decir con toda propiedad que algo le huele mal.
Palabras en Juego les invita a releer…
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