En Argentina, Cuba y Uruguay, emberretinarse es encapricharse o entusiasmarse excesivamente con algo y hoy nos emocionamos con esos verbos que empiezan con e, eme y be e incluyen esa doble erre que nos alegra por su alto valor y a la vez nos angustia cuando llega a nuestro atril ya avanzada la partida buscando la compañía mínima de dos vocales.
Empecemos con los verbos relacionados con sustantivos. De barro, embarrar y embarrialar; de barril, embarrilar; de barrio, embarriar (clasificar envíos de correos por barrios); de barranco, embarrancar; de barrote, embarrotar (fortalecer con barrotes); de berrinche, emberrincharse y emberrenchinarse; de borra, emborrar (llenar de borra); de borracho, emborrachar; de borrasca, emborrascar; y de borrón, emborronar (llenar de borrones o garrapatos un papel).
También tenemos emborrajar, que en Ecuador es empanar o encerrar algo en masa; emborrizar, que es también empanar y además dar la primera carda a la lana para hilarla; y emborrazar, que es poner albardilla (una loncha de tocino) a un ave para asarla. A su vez, emborrullar es disputar o reñir con vocería y alboroto.
Seguimos con emburrar, que en Honduras es hacer pilas de leña y en El Salvador es dejar sin terminar una tarea. Sin poderse conjugar, emburriar es un sinónimo de empujar en varias regiones de España. De forma coloquial, emborricarse es quedarse como aturdido y también enamorarse perdidamente.
Cerramos este tema con un saludo a toda la comunidad del juego de las palabras cruzadas luego del Día Internacional de la Amistad, que las Naciones Unidas insta a celebrar el 30 de julio, “en honor a ese sentimiento desinteresado que es capaz de unir a personas muy diferentes, romper fronteras y tender lazos de solidaridad”.
Palabras en Juego les recomienda releer…
Gracias Norma, lindo artículo