El portugués se desprende de la escisión del gallegoportugués y, al igual que el español, proviene del latín. Dada la similitud entre ambas lenguas romance, como vimos en Falsos amigos, los vocablos registrados en el Diccionario de la Lengua Española mantienen su grafía original, en otros casos se españolizan y se registran como lusismos.
Los portugueses fueron grandes navegantes y entre los términos asociados al mar encontramos cardume (cardumen, banco de peces); perca, que es un pez comestible conocido también como raño, y escuna, que es una goleta (embarcación pequeña). El bichero (bicheiro) designa a una vara con una especie de garfio en la punta usada para atracar y desatracar embarcaciones, tal vez en una ensenada (angra). En Brasil está la ciudad de Angra do Reis que vendría a ser ensenada de los reyes.
Asimismo, el movimiento de las olas que levanta el viento en la borrasca es un marullo (marulho) y jangada es una balsa, palabra que también me recuerda el nombre de una novela del nobel portugués, José Saramago: A jangada da pedra (La balsa de piedra). El Mar de los Sargazos toma el nombre del lusismo sargazo (sargaço) por el tipo de alga que abunda en este y carabela (caravela) es una palabra significativa en español por todo lo que representan en la historia del continente los viajes colombinos, un dibujo infaltable en tareas escolares de primaria. Otras palabras de uso más común en el ámbito culinario son ostra y mejillón (mexilhão).
Fuera del ámbito marítimo encontramos brinquiño (brinquinho) y chocallo: el primero se refiere a una alhaja pequeña y el segundo a un tipo de zarcillo; buraco es un agujero y citania designa a una ciudad fortificada, propia de los pueblos prerromanos que habitaban el noroeste de la península ibérica.
En cuanto a degredo, la etimología lusa remite a lugar de destierro y en español se registra como un venezolanismo para nombrar a un sitio de convalecencia para enfermos contagiosos, particularmente los leprocomios, leproserías o lazaretos en donde se recluía a quienes padecían la enfermedad de Hansen (precisamente un médico venezolano fue el artífice de la vacuna contra la lepra).
En relación con la flora y fauna, mangostín y mangostán provienen de mangostão y son arbustos frutales originarios de las Islas Molucas, mientras que capin melao es una hierba forrajera y chamariz es un ave.
En Brasil se concentra el mayor número de hablantes de esta lengua. Del portugués brasilero encontramos la famosa bebida caipiriña (caipirinha); carapopela es un lagarto venenoso y tucura es la forma de llamar en Argentina y Uruguay a la langosta (insecto). Por su parte, copaiba es el nombre de un árbol y este término llega al portugués a través del tupí, la lengua indígena.
Para cerrar pondremos un fado, canción popular portuguesa caracterizada por la tristeza y el fatalismo, aunque quizás prefieran bailar en un sarao al ritmo de samba y alejar así la saudade (soledad, nostalgia, añoranza); un saudoso o saudosa es una persona que vive en soledad. Otro lusismo que implica tristeza o melancolía, especialmente la nostalgia de la tierra natal, es morriña (morrinha). Para los dominicanos, almorriña (almorrinha), significa desasosiego y amurriñarse es sinónimo de entristecerse para los cubanos.
Ya toca fechar (cerrar, en portugués). Espero que no les dé un beriberi.
Comentarios recientes