Ya se acabó el año

Es algo muy propio del hispanoparlante apelar a la exageración, entre otros recursos literarios, para describir lo que sucede en la cotidianidad. La hipérbole es especialmente útil para imprimir a lo dicho un toque que puede ir desde lo cómico hasta lo trágico, o una mezcla de los anteriores, siendo tragicómico.

La expresión que da título a este artículo es muy agosteña, ya que comienza a sonar en boca de muchos, al menos en Venezuela, cuando el calendario marca el primer día del octavo mes del año de nuestro calendario gregoriano, “Ya se acabó el año”, exclaman muchos cuando aún queda casi medio año por recorrer.

Al hablar de esta frase muy agostiza, además de agosteña, es oportuno que en esta ocasión mencionemos esas palabras que son propias de cada uno de los meses del año. El octavo mes además de contar con un par de adjetivos, también tiene un verbo, agostar, que una de sus definiciones es arar o cavar la tierra en el mes de agosto para limpiarla de malas hierbas.

Es de destacar que el mes de agosto es privilegiado con sustantivo, verbo y adjetivos en el diccionario, pues no ocurre lo mismo con enero ni febrero, que no tienen ni verbos ni adjetivos para referirse a lo que es propio de esos meses. Importante, no se confunda con febrera, que es una zanja de riego y nada tiene que ver con el mes más corto del año, al que también llaman febrerillo el loco, en alusión a los drásticos cambios climáticos durante sus 28 días (29 en años bisiestos).

Lo que es perteneciente o relativo a marzo se le llama marzal, marceño o marcero. Lo que es propio del mes de abril es abrileño. El mes de mayo parece no tener adjetivo, pero sí tiene verbo: mayear (hacer el tiempo propio del mes de mayo). Lamentablemente para junio, el habla popular se saltó el sexto mes del año.

El siguiente término es juliano, que no tiene que ver directamente con el mes de julio, ya que no lo incluye en su definición, pero se hace referencia a Julio César, y lo instituido por él lleva ese adjetivo, como el calendario juliano. El mes de julio lleva su nombre en honor a este político y militar romano del siglo I a. C.

Lo perteneciente o relativo al mes de septiembre es septembrino, pero no se deje engañar con octubrino, pues no tiene que ver con el décimo mes del año. Octubrino es el nombre que recibe coloquialmente en Honduras el guaro, un aguardiente de caña de Centroamérica. Y saltamos hasta el mes de diciembre, para encontrarnos al popular decembrino, que es lo perteneciente o relativo al último y más lindo mes del año. Lo de “más lindo” es una licencia de quien escribe, por ser un decembrino. ¡Feliz año!

NOTA DEL AUTOR: Artículo dedicado a mis compañeros del Club de Scrabble de San Antonio de los Altos, Miguel y Diego Lattuf, ya que se me ocurrió escribirlo cuando buscaba palabras para regalarles y se las llevaran en sus maletas rumbo al debut en el Mundial de Scrabble en Panamá.

PIE DE FOTO: MIGUEL Y DIEGO JUNTO A SU PADRE, JAVIER LATTUF. LOS TRES ESTÁN PARTICIPANDO EN EL XXIII CAMPEONATO MUNDIAL DE SCRABBLE EN ESPAÑOL.

Autor: Mikel Anzola

Pesquisidor de datos curiosos, polígloto apasionado de los idiomas, en especial del español, y en los tiempos libres productor de radio y televisión.