La maratón y el maratón

El género es parte de la definición de las palabras que aparecen en el diccionario, lo cual nos indica qué artículo debe emplearse, sea determinado o indeterminado (el, la, los, las, un, una, unos, unas), pero haciendo honor a quienes consideran que el género es un constructo, algunos nombres son ambiguos y se les puede asignar indistintamente género masculino y femenino.

Muchas personas hablan de un maratón para referirse a la carrera de resistencia que tiene su origen en la gesta del soldado griego Filípides, mientras que otros le asignan género femenino, y hablan de una maratón, como la maratón de Nueva York, que es una de las más masivas, o el maratón de Boston, que es el más antiguo, data de 1897.

La maratón es una competencia que requiere preparación durante meses para tener la chance de ganar o el chance de ganar. ¿Cómo lo diría usted? No se preocupe, que no hay respuesta incorrecta.

Aunque es común hablar del calor como masculino, en algunos lugares de América y en Andalucía se habla de la calor, así que usted no intente corregir a quien diga: “¡Muero de la calor”, pues le asiste la Real Academia.

En los casos antes mencionados y algunos de los que siguen, se hace la observación de que “también es usado como (masculino o femenino)”, lo que indica que tiene un género asignado como principal o recomendado, pero también se acepta el otro.

Uno de esas palabras ambiguas es el acmé o la acmé, que está definido como un momento culminante, pero se advierte que es usado menos como femenino.

En el mundo animal, un ánade o una ánade es un pato. El chuparrosa o la chuparrosa es el nombre que recibe en México el colibrí, picaflor o pájaro mosca. Un conejillo de Indias es un o una cobaya.

Una pregunta frecuente: ¿es el azúcar o la azúcar? Ambos usos son admitidos, y su ambigüedad se traslada al diminutivo, el y la azuquítar.

Se puede hablar de unas bermudas o unos bermudas, y a este pantalón corto puede quitársele lo sucio en el lavarropas o la lavarropas, que es como en Argentina se llama a la lavadora.

También de la línea blanca tenemos el túrmix o la túrmix, una batidora eléctrica con la que se puede preparar un mousse o una mousse, que es el galicismo que se usa para nombrar a la espuma, un plato preparado con claras de huevo.

El mimbre o la mimbre es cada una de las varitas delgadas y flexibles que produce la mimbrera.

En Venezuela, en el medio periodístico se usa el o la palangre para referirse al pago ilícito que se hace a un periódico o a un periodista por publicar una información que afecta o beneficia los intereses de alguien. El que recibe la palangre es un palangrista.

El reuma o la reuma (también reúma) es el reumatismo, pero solo en el acortamiento es ambiguo, ya que el nombre completo es de género masculino.

Para terminar, cuando usted quiera acercarse a un bar para pedir la bebida de aguardiente que es muy consumida en Rusia, puede pedir un vodka o una vodka (un vodca o una vodca). Este último ejemplo, además de dualidad de género, tiene doble grafía, pero será en otro artículo en el que nos dedicaremos a meter el lente o la lente en ese tema.

Autor: Mikel Anzola

Pesquisidor de datos curiosos, polígloto apasionado de los idiomas, en especial del español, y en los tiempos libres productor de radio y televisión.

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