Los viajes ilustran al que viaja y también a los amigos de los viajeros, que disfrutamos la experiencia a través de las narraciones y fotografías. Una de mis mejores amigas estuvo la semana pasada en España y vivió los festejos en honor de San José, patrón de los carpinteros, que dan la bienvenida a la primavera elaborando y luego quemando cientos de grandes esculturas de madera, cartón y/o flores, llamados ninots (palabra de origen catalán) y también fallas, palabra definida como «el conjunto de figuras de carácter burlesco que, dispuestas sobre un tablado, se queman públicamente en Valencia por las fiestas de San José», y también como el período que comprende esta celebración.
En estas fiestas de marzo los falleros cumplen un rol primordial: son los artífices de estas efímeras obras de arte, aunque también se les llama así a las personas que toman parte de estas fallas. El sentido religioso está presente con una ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia. El 19 de marzo, el día de San José, es la quema de las fallas, quizás el acto más popular a nivel internacional y el que da plenamente sentido a la fiesta: los monumentos se exhiben en la calle para ser quemados. Simbólicamente, los falleros lanzan a esa hoguera todo aquello que representa lo superfluo, nocivo o, simplemente, inservible y, con ello, se plantean un nuevo comienzo, una “regeneración” del espíritu.
El diccionario también asigna otra acepción a la palabras fallero y fallera: dicho de un empleado o de un jornalero que deja con frecuencia de concurrir a su ocupación o trabajo.
FOTOS PRINCIPALES: MAGDA GRAYBILL
Qué falla! Me quedé con ganas de seguir conociendo más de esa tradición!! Ja ja ja