Oxímoron

Hace poco hablábamos en este sitio de la palabra pleonasmo -redundancia viciosa de palabras-, ese tipo de expresiones que se asocian para añadir expresividad a lo que se dice; nunca le cambian el significado a lo que se quiere decir, solo sobreabundan pero, ¿qué sucedería si en una misma expresión usamos palabras que se contraponen?

Cuando eso sucede, estaríamos en presencia de un oxímoron -combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido-, uno de los mejores ejemplos para comprender esta palabra es “un silencio atronador”.

La palabra oxímoron viene del griego (oxymoron) que se compone de oxys -agudo, fino- y moros -desafilado, estúpido- siendo la palabra en sí, un perfecto ejemplo de su significado: por una parte es fino, agudo y por otra, estúpido.

El oxímoron tiene un uso extendido en la poesía, porque suele generar recursos metafóricos que por lo general engalana las expresiones como en «el instante eterno de un beso tuyo», “la dulce amargura de tus labios”, “la oscuridad de tus ojos claros”. Igualmente se hace presente el oxímoron en obras literarias como en  “había en su andar una graciosa torpeza” (Jorge Luis Borges”), “placeres espantosos y dulzuras horrendas” (Charles Baudelaire), “mis libros están llenos de vacíos” (Augusto Monterroso), “es hielo abrasador, es fuego helado” (Francisco de Quevedo).

Ya para terminar, podemos recordar la existencia de palabras que en sí mismas forman un oxímoron: altibajos, claroscuro, quitapón o quitaipón, subibaja, vaivén, agridulce.

La palabra oxímoron debe permanecer invariable en plural (los oxímoron), ya que no existen en español sustantivos sobresdrújulos y también se documenta, y es válido, el plural oxímoros.

Autor: Itser González

Orgullosamente venezolano. Ingeniero de profesión, sociólogo de corazón y juglar en construcción. Apasionado de la conducta humana y ciego amante de las palabras.