Más de los cuatro vientos

Cuando gritamos algo a los cuatro vientos es porque lo decimos en todas direcciones o por todas partes y fue así como publicamos recientemente un buen número de vocablos eólicos. Hoy, más allá de los nombres que señalan su procedencia según los puntos cardinales, continuaremos con los nombres asignados a estas corrientes de aire que se producen por causas naturales como diferencias de presión o temperatura.

Si nos enfocamos en las características de los vientos, tenemos el que sopla en el oeste de África, el harmatán, que es cálido y polvoriento, o el simún, de ese mismo continente y de Arabia, que es un viento abrasador. Por el contrario, biruje o biruji es como se llama coloquialmente a un viento frío en España, pero en Salamanca le llaman cencio

En Chile, un viento frío e intenso es penetro, y en Murcia un viento muy penetrante es zurrusco. El remusgo es un viento tenue, frío y penetrante mientras que el ábrego es un viento templado y húmedo del sudoeste, que trae lluvias.

Por otra parte, tenemos a la brisa, que es un viento suave, como el aura, que además es apacible, y se puede usar el adjetivo bonancible para un viento que es tranquilo, sereno y suave, como el embate o el vahaje, y se puede decir que es ahilado cuando el viento es suave y continuo. Un chiflón es un viento colado o corriente muy sutil de aire.

En el otro extremo están los vientos fuertes, que en México llaman aironazo y en El Salvador es nortazo. Si el viento sopla con mucha fuerza es un ventarrón. En Argentina, el zonda es un viento fuerte, cálido, de extrema sequedad. En Ecuador y Perú, la paraca es un viento muy fuerte del Pacífico.

Cuando un viento afloja o pierde su fuerza, se dice que amaina (del verbo amainar). También se puede utilizar el verbo encalmar para describir cuando un viento queda en calma (cuando no hay viento), con lo que se llega a un estado de calmaría o calmería, ambas palabras en desuso. De hecho, un viento puede ser calmoso.

Para cerrar, un dato curioso: aunque los vientos no hablan, sí ululan (producen sonidos), y también se pueden enfurecer, alborotar, enojar, mugir (producir gran ruido), y hasta murmurar, al hacer un ruido blando y apacible.

Palabras en Juego les invita a releer…

Por los vientos que soplan

Una lluvia de palabras

Huracán

Tras la tempestad

Autor: Mikel Anzola

Pesquisidor de datos curiosos, polígloto apasionado de los idiomas, en especial del español, y en los tiempos libres productor de radio y televisión.