Está usted leyendo el artículo número cien de estas Palabras en Juego. Cada uno de ellos ha tomado tiempo, lectura, redacción, edición, ilustración y promoción por parte de este equipo de soñadores con vidas ocupadas y preocupaciones diversas pero también con una pasión muy grande por las palabras como elemento vital de nuestra afición al Scrabble. En este maravilloso comienzo hemos contado con el apoyo de amigos y autores invitados y, por supuesto, con todos nuestros lectores. Les agradecemos de todo corazón que sigamos aquí.
En honor al número cien, hoy hablaremos de los numerales, los vocablos cuantificadores que expresan números. Por cierto, existe el verbo enumerar así como numerar: contar por el orden de los números.
Tenemos los sustantivos o nombres numerales, como quinteto, decena y millar; los adjetivos numerales, como un, doble, tres y mil; y las siete letras numerales del sistema romano (C, D, I, L, M, V y X). Esta es la clasificación por tipo de palabra, pero nos guiaremos por tipo de número.
Tenemos los cardinales, que son los números enteros en abstracto, como uno, dos, tres, quince, cien, seiscientos y mil. Aprovechemos el tema para abordar una duda importante: aunque se recomendaba usar millardo (mil millones o el uno más nueve ceros) y no billón (un millón de millones), que fue tomado del inglés británico, finalmente se aceptó el sentido de su aplicación en los Estados Unidos de América y un billón puede ser tanto un millón de millones, que se expresa por la unidad seguida de doce ceros, como mil millones, que se expresa por la unidad seguida de nueve ceros.
Los números ordinales son los que expresan ideas de sucesión y nos traen cierta dificultad conforme avanza ese orden: primo o primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo o septeno o seteno, octavo, noveno,
décimo, undécimo, duodécimo, decimotercero, decimocuarto, decimoquinto o quinceno, decimosexto, decimoséptimo, decimoctavo, decimonoveno, vigésimo… trigésimo, cuadragésimo, quincuagésimo, sexagésimo, septuagésimo, octogésimo, nonagésimo, centésimo… y seguimos con ducentésimo, tricentésimo, cuadringentésimo, quingentésimo, sexcentésimo, septingentésimo, octingentésimo, noningentésimo, milésimo… y, de ahí, diezmilésimo, cienmilésimo y millonésimo.
Los numerales fraccionarios -también llamados quebrados o partitivos– son los que dividen la unidad: mitad o medio, tercio, cuarto, quinto… y a partir del once se conforman agregando las terminaciones “avo” o “eno” al número: onceavo, doceavo, veintidoseno, veintiocheno, treintaidoseno, cuarenteno o cuarentavo, excepto en centésimo, milésimo, millonésimo…
Los números romanos son fáciles de distinguir y algunas veces difíciles de combinar o interpretar: la letra I equivale a uno; V, a cinco; X, a diez; L, a cincuenta; C, a cien; D, a quinientos; y M, a mil. Aunque hoy predomina la numeración arábiga, la romana se usa todavía en monumentos conmemorativos, para numerar publicaciones y congresos o eventos formales, para indicar los siglos y para distinguir a papas, emperadores y reyes de igual nombre.
Los numerales multiplicativos son doble (también se puede agregar género y decir duplo o dupla), triple, cuádruple, quíntuple, séxtuplo, séptuplo, óctuplo, nónuplo, décuplo, undécuplo, duodécuplo, céntuplo, etc.
Para referirse a la edad de una persona, son válidas las palabras veinteañero, treintañero, cuarentón o cuadragenario, cincuentón o quincuagenario, sesentón o sexagenario, setentón o septuagenario, ochentón u octogenario, noventón o nonagenario y centenario.
Los números, tan abstractos como son, adoptan en el lenguaje otras formas y significados: así, hablamos de duetos, tríos y cuartetos musicales, de dúos dinámicos, de duplas ganadoras, de tríadas (conjunto de tres cosas o seres estrechamente vinculados), de triunviratos (junta de tres personas para cualquier empresa o asunto), de centenares de historias y de miles de ejemplos que quedan pendientes por comentar dentro del maravilloso mundo del español.
¡Millones de gracias por seguir con nosotros!
Qué amable eres, estimado Fidel. Muchas gracias.
Apreciamos tu comentario y el que nos leas, querida Suzanne…
Excelente artículo, muy instructivo.
Gracias Norma por ser tan brillante
Un millardo de gracias, Norma-me encantó!
¡Mil gracias, Solange! Apreciamos mucho el tenerte entre nuestros lectores.
¡Yo no conocía “arábico”, Merry! Aprendemos junto a ustedes.
¡Muchas gracias por seguirnos, Ilse! Nosotros también nos sorprendemos con las palabras que vamos encontrando.
Peypi hermosa, qué lindas palabras. ¡Muchas gracias!
Excelente Norma, que sigan los éxitos
Además de muchos numerales, aprendí «arábigo», pues siempre decía «arábico», que también es válida. ¡Gracias, Norma!
Interesantísimo artículo! Aprendí muchas palabras y su significado.
Una genia admirada esta admiradora de genios!