En otros artículos hemos comentado palabras vinculadas con los dioses antiguos y otros personajes mitológicos que, a pesar de los siglos transcurridos, habitan entre nosotros en la lengua, la ciencia y el arte. Por eso, hoy compartimos nuevas palabras. Abrimos con un gran estruendo porque tonante significa que truena, y se refiere al dios romano Júpiter.
Asimismo, en sentido poético, servador designa un epíteto para este mismo dios, mientras tioneo es un sobrenombre del dios Baco en honor a quien se celebraban las famosas bacanales. Las mujeres que participaban en tales fiestas se denominaban bacantes.
En el Museo del Prado reposa un conjunto de obras que representan a los personajes mitológicos, tal es el caso de un dibujo de Marcantonio Franceschini titulado “Júpiter, Mercurio y el Tiempo, acompañados de amorcillos”. En el mundo de las artes plásticas, amorcillo es la figura de un niño desnudo y alado, generalmente portador de un emblema del amor, como flechas y carcaj, venda, paloma, rosas, entre otros objetos.
En el ámbito doméstico de la antigua Roma se rendía culto a los dioses penates y a los dioses lares. Por ello, se consideran divinidades protectoras del hogar, mientras los manes eran dioses infernales o almas de los difuntos, considerados benévolos. Cuando alguien moría iba al orco, que era el lugar contrapuesto a la tierra.
Y cerramos en el mundo de los ríos y las fuentes, hogar de las náyades, ninfas de gran hermosura que podemos asociar con otras palabras como ninfo (narciso) y ninfea (nenúfar), esta última flor pertenece a la clasificación taxonómica de las ninfeáceas, caracterizadas por ser plantas acuáticas.
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