A la gran cantidad de acepciones que tiene la palabra gallo y que publicamos aquí, nuestros lectores agregaron otras que aún no están en el Diccionario pero que son de uso común en algunas regiones del continente americano: en Venezuela se le dice gallo a algo tonto o fuera de lugar o a alguien muy inocente o a quien le toman el pelo; en México, gallo es el candidato a puestos de elección popular con relación a su propio partido político; en Paraguay, gallo es el hombre que tiene muchas mujeres; en Panamá, gallo es una falsificación o quien usa alguna cosa falsificada.
Y si hablamos de gallito, puede llamarse así a un hombre presuntuoso o jactancioso; en Argentina, es un pájaro dentirrostro o el volante de los juegos con raqueta; un sinónimo de bádminton en Colombia; en Costa Rica, una libélula; en Cuba, un gallito puede ser un ave zancuda, un tipo de árbol o el mechón de pelo de un bebé que se peina hacia arriba en forma de bucle.
Ahora, a los significados de gallo agreguemos el uso de la palabra en diversos contextos o expresiones y esta lista es amplísima, así que abordaremos aquí los más populares y dejamos que nuestros lectores agreguen otros más en el espacio de comentarios.
Tenemos la misa de gallo, que empieza a medianoche antes del día de Navidad; las patas de gallo, que son las arrugas alrededor de los ojos, el peso gallo, que en el boxeo es quien pesa menos de 54 kg., el ojo de gallo, que es un tipo de callo que suele formarse entre los dedos de los pies; el pie de gallo, que es un lance en el juego de damas.
En México, comer gallo es mostrarse agresivo o de mal humor (“desayunó gallo”, decimos también); en menos que canta un gallo significa en muy poco tiempo, en un instante; entre gallos y media noche es, en Argentina y Perú, a deshora y clandestinamente, y “otro gallo cantara” indica que mejor sería la suerte si se hubieran dado ciertas condiciones.
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