Jurar

Estuve hablando con un amigo de la infancia a quien no veía desde hacía mucho tiempo y en esa conversación él me comentó que un hermano suyo se había ido del país y que le había “enjurado” una propiedad. Inmediatamente me llamó la atención la palabra, porque no la conocía. Él me explicó que enjurar era traspasar o ceder un derecho. Ese mismo día al llegar a casa, busqué en el diccionario para aprender más sobre el verbo, encontrándome con la novedad de que el verbo no podía conjugarse por estar en desuso.

Días luego, casualmente comentaba con otra buena amiga la palabra jurar -afirmar o negar algo, poniendo por testigo a Dios-. De allí nos dimos cuenta de que abjurar y adjurar son un grato ejemplo de palabras parónimas -se dice de cada uno de dos o más vocablos que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimología o solamente por su forma o sonido-. Abjurar es retractarse, renegar, a veces públicamente, de una creencia o compromiso que antes se ha profesado o asumido. Por su parte, adjurar es sinónimo de conjurar y significan ligarse con alguien mediante juramento para algún fin y rogar encarecidamente.

También tenemos la palabra perjurar: jurar en falso, y de allí nos topamos con la muy famosa palabra perjurio: quebrantamiento de la fe jurada. Ambas tienen una raíz etimológica muy similar, la primera como verbo y la segunda como sustantivo.

Jurar viene del latín ius (derecho, justicia), dar una promesa formal ante una corte, y de esta palabra tenemos jurado, jurador, juradera, juramento y juramentar.

PIE DE FOTO: EN ALGUNAS CULTURAS, UN JURAMENTO DE LEALTAD O PROMESA FORMAL DE AMISTAD SE SELLA CRUZANDO EL DEDO MEÑIQUE CON EL DE LA OTRA PERSONA.

Autor: Itser González

Orgullosamente venezolano. Ingeniero de profesión, sociólogo de corazón y juglar en construcción. Apasionado de la conducta humana y ciego amante de las palabras.