Según el teólogo y escritor suizo Philip Schaff, la frase “Todos los caminos conducen a Roma” hace referencia al Miliario de Oro (en latín, Milliarium Aureum), un monumento erigido en la Antigua Roma, y se consideraba que en ese punto del Imperio Romano empezaban todos los caminos y todas las distancias se medían en relación a ese miliar. Por lo tanto, independientemente del punto en el que alguien se encontrara, sea una calzada, carretera, avenida o hasta una caminería de ese imperio, esta le conduciría a La Ciudad Eterna.
En la vida debemos transitar por unos caminos más tortuosos que otros, como una quebrada, que es desigual, con altos y bajos, pero también nos tocará atrochar en algún momento por un camino abierto entre la maleza (o trocha), que en algunos países llaman abra.
En otras ocasiones nos ha tocado andar por ambages, término poco usado hoy en día para referirse a caminos intrincados. En la actualidad se usa ambages (solo en plural) para señalar un rodeo de palabras o circunloquios. Decir algo sin ambages es expresar algo brevemente, sin rodeos.
En Andalucía, arrecifar es empedrar un arrecife (camino empedrado, o camino afirmado), el cual contiene firme, que es la capa de guijo, casquijo o de piedra machacada que sirve para consolidar el piso o pavimento de una carretera y dejarla libre de baches y badenes.
Para abreviar o acortar se puede tomar un atajo, estajo y hasta un pasadizo. El conocimiento de las sendas, atajos y caminos de un país se le conoce como baquía, lo cual es propio de un baquiano.
Hay varios tipos de caminos, según su uso o características: si ese camino es de tierra se le llama derrota, el que sirve de paso al ganado trashumante se dice que es cabañal, el que es estrecho y áspero se llama calada, pero también podría ser un coladero.
Si el camino está lleno de piedras es un pedrero, el que está señalado con cruces o altares es un calvario, el que es angosto entre dos alturas es un portillo. En el ámbito rural, en Cantabria se le llama cambera a un camino de carros.
Un camino capdal es el construido a expensas del Estado, también llamado camino real, camino carretero o camino carretil, destinado al tránsito de carros u otros carruajes. A ese camino carretil se le llama carruna en El Bierzo, en la comunidad autónoma de Castilla y León.
En cualquiera de las arterias antes mencionadas usted se podrá encontrar una tajea (puente pequeño) o un viaducto, para el paso de un camino sobre una hondonada.
El punto donde confluyen o se cortan dos caminos es un cruce, crucero, encrucijada, palca o pical. Por el contrario, el lugar donde se bifurcan es una horqueta. La parte que arranca de una vía principal es un ramal, y la variante es la desviación provisional o definitiva de un trecho de una carretera o camino.
Para medir un camino se usaba un mijero, que era un poste o columna que señalaba la distancia de cada milla. Otra medida es la legua, definida por el camino que regularmente se anda en una hora.
Lo perteneciente o relativo a los caminos es caminero, así como este artículo que usted está leyendo.
Hay muchas formas de llamar a cada arriate, estrada, rúa, ruta o carrera, y todos, incluso la calle en la que usted se encuentra en este momento, es uno de esos caminos que conducen a Roma.
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