Continuamos la lista de palabras terminadas en “ajo” con otras más del reino animal, como ceajo o cegajo, que es un chivo o cordero que no llega a primal (entre un año y dos); grajo, que es un ave muy semejante al cuervo (grajear es el verbo para su canto); y marrajo, que es una especie de tiburón peligroso y también el adjetivo para un toro o un buey que astuta y maliciosamente arremete a golpe seguro.
A la verga del toro que después de cortada, seca y retorcida se usa como látigo se le llama vergajo. El burrajo es el estiércol seco de las caballerizas, usado en algunas partes como combustible. Un dornajo es un pesebre para toda clase de caballerías. Un hatajo es un grupo pequeño de ganado. Como zarajo se define a un trenzado de tripas de cordero asado, parecido al chorizo. Un horcajo es la horca de madera que se pone al pescuezo de las mulas para el trabajo.
Para cerrar este artículo tenemos que el zancajo es el hueso del pie que forma el talón; un rancajo es una punta o astilla de cualquier cosa, que se clava en la carne; un requebrajo es el dicho con que se requiebra (se halaga) a alguien. El retajo viene del verbo retajar, que es cortar algo en redondo. Descuajo es la acción de descuajar, licuar, transformar una sustancia cuajada en líquida. El embajo es el adverbio en desuso de debajo. Finalmente, el fregajo es el atajo (o estajo) de un camino, en las galeras.
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