Como gran desconocedora de la flora y la fauna, me maravillo cuando tengo frente a mí alguna especie que conozca solamente por alguna referencia y no en su forma natural, y eso me sucedió al tocar las hojas y percibir el hermoso aroma de la lavanda.
La obligada visita al Diccionario me hizo descubrir que a la planta se le conoce también como lavándula (género de plantas labiadas al que pertenecen el espliego y el cantueso) y como espliego, que se define como la mata de la familia de las labiadas, de 40 a 60 cm de altura, con tallos leñosos, hojas elípticas, casi lineales, enteras y algo vellosas, flores azules en espiga, de pedúnculo muy largo y delgado, y semilla elipsoidal de color gris.
Toda la planta es muy aromática, y principalmente de las flores se extrae ese aceite esencial tan usado en perfumería.
Tan única es esta planta que se le llama también lavanda (en inglés, lavender; en francés, lavande, y en italiano, lavanda), no solo al perfume en sí sino al color azulado como el de las flores de esta planta (ejemplos: “vestido color lavanda o paredes lavanda”).
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