Una de las aficiones de nuestro prolífico escritor y premio Nobel de Literatura (1982) colombiano, Gabriel José de la Concordia García Márquez, era compilar palabras caídas en desuso para incorporarlas luego en sus obras. Él, un eterno enamorado de las palabras, argumentaba que cada palabra aportaba un carácter a la realidad que le distinguía, y que con cada palabra que iba desapareciendo, se esfumaba consigo una fracción de esa realidad.
Una de esas palabras es frémito, que viene del latín fremitus, y significa bramido, grito fuerte: «casi me derribó el frémito de la muerte». Este es el significado formal que le adjudica la Real Academia Española (RAE), pero en medicina, es un “fenómeno cardíaco que se aprecia en la palpación cardíaca”, descrita como la sensación de fricción que percibe la mano y es comparable con el ronroneo de un gato.
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