La aparición de una cucaracha o un ratón puede despertar los más agudos gritos, producto de una sensación de desagrado o miedo hacia estos animales. En casos más graves, surgen ataques de ansiedad y pánico que son expresión de la zoofobia.
En esta oportunidad nos detenemos en algunas palabras vinculadas con este dúo que, definitivamente, en la vida real no es muy apreciado.
Iniciamos con la cucaracha, que es un insecto llamado también corredera o curiana. Esta adopta otros nombres dependiendo de su tamaño; tenemos así que fatula es una cucaracha grande en Puerto Rico.
Asimismo, en Honduras se denomina jate cuando es pequeña y en Venezuela y República Dominicana la chiripa se considera una variedad de la cucaracha de menor tamaño.
Para acabar con esta plaga, el cucarachero o fumigador utilizará distintos productos químicos para tratar de exterminarlas, aunque no siempre con los resultados esperados.
Por su parte, el ratón es un mamífero roedor, se conoce como rato, ratona o mur (en desuso); sorce es un ratón pequeño, en Cuba se emplea con este mismo significado guayabito. En Argentina, Chile, Ecuador y Perú se usa el término pericote. Un sinónimo proveniente de la lengua mapuche usado en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay es laucha.
En el Diccionario de la Lengua Española encontramos también murgaño, que es una especie de ratón propia del campo; mientras tunduque es una variedad americana que se distingue por ser grande y de color pardo.
El léxico ratonil o ratonesco incluye el verbo ratonar para designar la acción que realizan estos animales cuando muerden o roen alimentos, objetos u otras cosas. Por su parte, el verbo arratonar tiene dos acepciones, en Chile y Cuba significa acobardar y en Costa Rica sufrir calambres.
Hasta otra oportunidad, volveremos con textos sobre otros animales que no representan un peligro para la salud.
Palabras en Juego les invita a releer…
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