Hoy seguiremos recorriendo los terrenos sembrados o sitios poblados de árboles o de arbustos, y comenzaremos con un impensable pincarrascal, sitio poblado de pincarrascos (en lo personal, nunca pensé que podía existir un árbol con semejante nombre). Un pincarrasco es una especie de pino de color pardo rojizo, propio de los terrenos áridos del litoral mediterráneo. Como contraparte tenemos al archiconocido abeto, si nos topamos con un sembradío de ellos, sería un abetal; ahora, cuando de sauces se trata, lo
llamaríamos sauzal y, de alcornoques, alcornocal. También podemos encontrarnos por los caminos de la vida un cidral y no, no sería de ninguna manera un sitio donde abunde la rica bebida alcohólica obtenida por la fermentación del jugo de las manzanas (esa se llama sidra): un cidral es un sitio poblado de cidros, árbol que nos ofrece la cidra, fruto parecido al limón y que se usa en medicina.
Podríamos seguir caminando y hallarnos de pronto un plantío de coscojas, eso sería un coscojal; tal vez podría estar plantado de cipreses, por lo que se llamaría cipresal; si en cambio estuviese sembrado de guarumos sería un guarumal y uno parecido en nombre a este es el guasimal, sembradío de guásimos, árbol conocido también como caulote.
Existe un sitio poblado de árboles que producen látex y se llama gomal, y si ese sitio, en cambio, se siembra con pinos rodenos (de tonalidad rojiza), sería un rodenal. También tenemos al retamal, terreno que está poblado de retamas, árbol apreciado para combustible de hornos de pan, en España. En esa misma zona española hay charnecales o plantaciones de charnecas (o lentiscos), planta de cuyas ramas puede sacarse almáciga y de sus frutos, aceite para el alumbrado. Y no podemos irnos de España sin mencionar otro arbusto propio de ese país: el mimbre o mimbrera, cuyas ramas se emplean en obras de cestería. Los plantíos se este arbusto se conocen como mimbral o mimbreral.
Si nos trasladamos a cualquier pantanal, probablemente nos hallemos un juncal o un junqueral, en ambos casos se trataría de ese sitio poblado de juncos, claro, asimismo puede haber allí en ese pantano, una plantación de juncias, es decir, un juncial. Propicios son también algunos sitios húmedos para hallar un helechal, que es un sembradío de helechos.
Yéndonos luego a un terreno más caliente, conseguimos uno sembrado con sardón (abundante monte bajo y lleno de maleza), que sería un sardonal; podríamos también toparnos con un sitio poblado de jaras, o bien, un jaral, o en cambio allí entre el terreno todo lleno de hierbas, o herbazal, conseguiríamos muchos enebros plantados, o un enebral, o tal vez, de ser el caso, uno sembrado de hayas, llamado hayal.
Ahora nos trasladamos a conocer los sembradíos de nombres más extraños. Existe un arbusto cuyo nombre parece el de un símbolo químico, el ramio, es de gran tamaño (de hasta tres metros de altura) y un terreno poblado de él, se llama ramial. Hay otro arbusto más grande todavía que crece en el sabucal, y es el sabuco o saúco. De nombre más extraño aún -o de nombres, mejor dicho- está el codeso, conocido como gayomba y también piorno, un sitio donde abunde, se llama piornal. Tenemos también al marojal, sitio poblado de marojos, planta muy parecida al muérdago.
Prosiguiendo el paseo por impensables sembradíos, se nos asoma en el horizonte un extenso madroñal, terreno sembrado de madroños, pero antes de llegar a él, primero pasamos por el tarayal, sitio poblado de tarayes, y a su lado conviven los arrayanes conocidos también como murtas, en el murtal. Finalmente tenemos un arbusto de cuyas
ramas, se hacen escobas, el tamujo, que cuando lo plantan con otros más, se convierte en un tamujal. Claro, no debemos confundirnos con el tamojal, ese sitio sembrado de tamojos o mejor conocido como matojos, que es una planta de monte muy poblada y espesa.
Hasta aquí nos paseamos por las plantaciones. Con seguridad la naturaleza, que es tan infinita como el idioma español, nos tendrá reservados otros nombres que se nos escapan. De ser así, los invitamos a aumentar la lista con sus valiosos comentarios.
Hola Alcira, nos complace saber que nos lees, ¡gracias!
Estamos para eso, para compartir lo poco que sabemos. Tenemos una primera parte de éste trabajo, se llama Cafetales y Tomillares.
Te enviamos un abrazo.
Hola, después de leer tu exposición, segura que no hay más nada que agregar,tu lo has dicho todo y bien completo, felicitaciones por tu extenso vocabulario.
Mil gracias por la información
Me gratifica recibir esta bella información que como Ingeniero Forestal enriquece mi vocabulario botánico . Muchas gracias