El 7 de junio de 2012 se publicó este primer juego de palabras gracias al impulso de la editora Josefina Casati, quien dio a esta periodista mexicana la oportunidad de debutar en los Estados Unidos. Con el nombre “Palabras más, palabras menos”, esta serie logró en el 2013 un premio de la Asociación de Editores de Prensa de Texas en la categoría de Columna en Español. Al apoyo de Josefina se sumaron el de Liliana Valenzuela, José Luis Castillo, Aura Montañez y Marina Gil en Austin y en Houston. Los periódicos que publicaron esta columna de vocabulario cerraron desafortunadamente años después sus ediciones impresas y digitales. Hoy compartimos en Palabras en Juego la lista inicial de este proyecto para difundir la belleza del español, con actualizaciones mínimas y la invitación constante para seguirla enriqueciendo.
“Los pollitos dicen pío, pío, pío… cuando tienen hambre, cuando tienen frío”, dice una canción que muchos llegamos a escuchar de nuestras abuelas cuando éramos niños.
Luego supimos que los pollitos pían pero, si investigamos más, sabremos que también -al igual que los pajaritos- piolan, pipían o piulan. Nuestro español es un bello idioma lleno de grandes sorpresas, ¿no creen?
Al revisar el Diccionario encontraremos también que, así como el perro ladra o late (latir es sinónimo de ladrar), gruñe, regaña o arrufa (que es cuando se manifiesta con un gruñido amenazante mientras muestra los dientes), aúlla y gañe (gañir se le llama a dar los gañidos o gritos agudos y repetidos que emite cuando es maltratado); al gato le da por maullar, miar, miañar, mayar y hasta fufar (dar bufidos), marramizar (su maullido o marramao en época de celo) y ronronear o marrullar. ¡Cuántas maneras de expresarse tienen tanto los canes como los mininos!
Sabemos que el caballo relincha, el asno rebuzna -o rozna-, el león y el tigre rugen, la vaca, el toro y el búfalo mugen, el lobo aúlla, las cabras y ovejas balan -o balitan o balitean-, la rana croa -o groa-, los loros hablan, garren o parlan y el becerro berrea… pero poco se conoce que el elefante barrita, los grillos estridulan o grillan y la pantera himpla o jimpla. El tauteo es el gañido peculiar del zorro.
El jabalí rebudia o gruñe cuando siente gente cerca. Guarro se le llama también al cerdo y guarrear puede usarse para describir el gruñido del jabalí, el aullido del lobo… y hasta el llanto estruendoso o berrido de un niño.
A estos verbos inusuales, se agregan otros que son propios de alguna región geográfica: por ejemplo, en Nicaragua se dice que el cerdo cuilla, en Argentina se llama otilar al aullido del lobo (el verbo ya no admite conjugación), mientras que en algunas regiones de España el burro ornea, el gato miaga y la vaca remudia para llamar a la cría.
Hay también otros verbos más comunes que se aplican a varios animales, como gruñir para el perro, el cerdo, el jabalí, el gorila y el oso; chillar para el cerdo, el ratón, el conejo y el mono; o bramar para el toro, el león, el jabalí, el ciervo y el rinoceronte. El balido es la voz del carnero, el cordero, la oveja, la cabra, el gamo y el ciervo.
Y aunque en el Diccionario no están definidos propiamente como sonidos de animales, decimos que la serpiente silba o sisea, que el ratón musita y que las abejas, las avispas y los mosquitos zumban.
Un dato interesante en este tema es que la jirafa es el único mamífero que no emite ningún sonido -apenas una tos durante el cortejo-, ya que carece de cuerdas vocales.
Entre los plumíferos, la paloma arrulla, cantalea, gorjea o zurea; las aves cantoras (como el canario y el ruiseñor) cantan, trinan o gorjean las gallinas cacarean, cacaraquean, cluecan o cloquean; el cuervo crascita, croscita, crocita, croaja, grajea, urajea o grazna; la grulla gruye (el verbo es gruir), el pato grazna, gazna o parpa; la perdiz canta, cuchichía o ajea; la golondrina trisa, el búho ulula y la cigüeña crotora.
Voznar es expresarse con la voz bronca que emiten algunas aves (como el ganso y el cisne), mientras que el verbo más común para referirse a su sonido –cantar– también se usa en las ranas, el grillo, la cigarra o chicharra y la ballena.
Tan abundantes son los ejemplos como las especies en el reino animal pero el espacio se agota, así que nos quedamos con la reflexión sobre la riqueza del castellano y despejaremos también la duda sobre el resto de esa canción infantil española de la que muchos solo conocemos un pedacito. Así continúa y termina: “La gallina busca el maíz y el trigo, les da la comida y les presta abrigo. Bajo sus dos alas, acurrucaditos, hasta el otro día, duermen los pollitos”.
Muchas gracias, María. Que tengan también una bella celebración familiar. Mañana publicaremos sobre la palabra «padre».
Hola, feliz día del padre, excelente exposición sobre esos animales mencionados y sus latidos, me gusta mucho, muchos los conozco,pero otrosy no,hoy los aprendí,Gracias.
Apreciamos tus palabras y nos encanta que nos leas, Ángel.
Excelente artículo. Ni me imaginaba que el sonido de los animales se describiera de manera tan distinta dependiendo del país. Siempre es importante conocer la riqueza del idioma castellano, en esta época de mensajes cortos. ¡Saludos y un abrazo Norma!