De odiseas y troyanos

En la vida cotidiana cuando se lograr alcanzar algo luego de un proceso complicado, es común que utilicemos la expresión “fue toda una odisea”. Ahora bien, esta palabra, como muchas otras de nuestra lengua, tiene su origen en el ámbito de la literatura. Específicamente, el poema griego La Odisea, escrito por Homero luego de La Ilíada, canta los infortunios sufridos por Odiseo (Ulises, en la mitología romana), en su viaje de retorno a Ítaca luego de la guerra de Troya. Al no tener la gracia de Poseidón (dios de los mares) tuvo que superar muchos escollos: hechizo de sirenas, gigantes con un solo ojo en el centro de la frente (cíclopes), tribus de antropófagos (lestrigones), monstruos marinos; antes de poder arribar a su amada isla para reencontrarse con su hijo Telémaco y su esposa Penélope, después de veinte años de ausencia.

Por alusión a este poema, en el Diccionario de la Lengua Española (DLE) odisea se define como un viaje largo lleno de desventuras y también significa sucesión de peripecias, generalmente desagradables, que le ocurren a alguien.  Asimismo, Ulises es el creador del famoso Caballo de Troya, ardid utilizado para burlar las murallas de la ciudad griega que pasó a significar “persona o cosa que se introduce en una colectividad o en un proceso con la intención oculta de causar algún perjuicio”.

Si nos vamos al mundo de la informática Caballo de Troya, o simplemente troyano, hace referencia a un virus que se presenta como un programa inofensivo para engañar al usuario pero, cuando infecta al equipo posibilita se puede acceder de forma remota a los datos para robar distintas informaciones y cuando el usuario se percata puede ser demasiado tarde.

En el DLE también encontramos expresiones coloquiales como: ahí, o allí, o aquí, fue, o será, etc., Troya para dar a entender que solo han quedado las ruinas y señales de una población o edificio, o para indicar un acontecimiento desgraciado o ruinoso. Asimismo, se usa para indicar el momento en que estalla el conflicto o la dificultad. Cuando una persona sentencia: que arda Troya de nota su determinación de hacer algo sin reparar en las consecuencias o resultados y si llega a armarse la de Troya quiere decir que estamos en presencia de un gran jaleo (alboroto, tumulto, pendencia).

En estos ejemplos apreciamos cómo la literatura impregna nuestra vida cotidiana. Por eso, en otros textos seguiremos explorando la variedad de la lengua española a partir de referencias al mundo literario.


El equipo de Palabras en Juego agradece a la maestra Susana Harringhton y también recomienda los siguientes artículos:

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Autor: Susana Harringhton

Venezolana, profesora universitaria, amante de la literatura, orgullosa de sus raíces. Agradecida por los amigos que la vida y las letras le han regalado.