Tenemos campeones

Hoy se da inicio al XXVII Campeonato Mundial de Scrabble® el juego de mesa que se conoce en México y otros países de América Latina como Léxico, y los campeones de cada país están preparados para una dura batalla de letras que durara del 8 al 13 de septiembre, en Santiago de Chile.

El equipo de Palabras en Juego está feliz de anunciarles a la ganadora de Lexicuentos 2025 en la categoría Mayor, la jugadora Yugli Colmenares, secretaria de organización de la Asociación Venezolana de Scrabble. Valieron la pena los trasnochos luego de tus actividades diarias. ¡Felicidades, Yugli!

por Yugli Colmenares

¡Quia!

¡Que la quiten!… ¡Que la quemen con un yesquero!… Es inquietante la quejumbre. Deja que te explique.

No te quejes si la adquieres luego de tanto rebusque. No lloriquees ni te equivoques. No seas zoquete ni badulaque. Deja la terquedad o vas a enloquecer. No le sigas disparando a quemarropa. Desde una queratitis hasta una caquexia te puede dar. Temblequeas, se quebranta tu esqueleto y te asqueas. Todo eso es una quimera. Requieres otra mirada más inquisitiva que desbloquee tu psique y magnifique su papel en el atril. Derribemos los palenques. Dejemos las querellas

La “Q” es querendona. Hace equipo inquebrantable con la “U”, pero ambas se besuquean con cualquier vocal… sí, mira el quad y el quasar como ejemplos de extrañezas. Y en quilates o quintales, en quilos o quilogramos vale su peso en oro y aquilatamos su valor.

¡Y en el quincho! Con quemadores que te quemarían hasta la queratina de la piel dejándote queloides y queratosis. Qué quedaría en él sin exquisitos quesillos, arequipe o quesadillas, panquecas o panqueques, rosquetes y panqués; tequeños y quesos como el roquefort o el requesón, para comer con palitroques. Quinchonchos, quimbombó, quisquillas y quiche, aunque yo no comería quitones. Espantamos los insectos, dicen que con querosén para evitar queresas o querochas. Y la famosa avena cuáquer para los pequeños mientras otros toman güisqui o copas de «quianti» hasta que se rasquen.

Gentilicio… La querencia de la tierra ¿Qué nombre adquiriría nuestra gente de Arequipa, caraqueñas, quebequenses y quiteños? Los quíos y los taxqueños, querandíes, antioqueños, queruscos, quechuas y quichés. Quirites, quitus y quinientos más, viviendo en chozas de bahareque o barequeo en quintas, quintanas, quinterías, con tanques de agua para evitar ir al río.

Por el aire los quetzales, el vuelo de los quinde y las quinchas, el queltehue o queroquero y el quechol, quebrantahuesos y quirópteros que se alimentan de quilópodos. No escucharíamos el quiquiriquí del gallo ni los sonidos del quique, o a los pequeños quiltros ladrando sin parar. Ni el quirquincho prestaría su cuerpo para construir charangos. No poder escuchar la quena… sin quebrantos, los repiques del quijongo y los quintetos haciendo quintillas

En la pata de un quebracho cerca de una quebrada, donde crece el «quelenquelen« y el «quelite», se impone el quejigo con su inquietante tamaño, con quintrales adheridos a su tronco. Abunda el quingombó y el queule, la quiaca y el quibey, quila, quinua y quilquiles cerca de quinos y quinchamalís. Quijones, quiebrahachas, quinchihue y quillay adornando la tierra.

Y en el mar los quelonios, los buques con su quilla imponente usando quintantes para guiarse en el mar, mirando al cielo sin quevedos; queches y quechemarines, todos navegando en sus quehaceres.

Todo lo que te da que te salpiqueriquezas y quinientas cosas más.

Todo lo que te quita: Quitamanchas, quitamiedos, quitanieves, quitasol, quitasueño, quitapesares y también quitasolillos. Habría que eliminar los quepis, los quitones y soquetes, las chaquetas adornadas con chaquiras y las quimbas, quirotecas y quimonos dejando vacío el equipaje

Y los porqués se diluyen en esta búsqueda quijotesca. Me convierto en un quijote y redacto quirógrafos. Podríamos llenar quinternos y así quintuplicar la cantidad de palabras. Un quilotón de “Q” que explotan, llenando el tablero de posibilidades. ¿Quebrajarías nuestra lengua por una simple quintada? Ella no es una quínola. Seguirá estando allí, a la izquierda de tu atril. 

Basta ya de quillotranzas, evitemos el quilombo. Te ofrezco un quiñón para sembrarla. Sin llegar a ser un quídam, quienquiera que la niegue… que se aquiete. No se desquite perdiendo turnos por devolverla a la quilma haciendo chasquidos cada vez que sale. Mírala como una quillotra.

Pido a querubes y querubines que te den un tatequieto para que llegue la quietud. Que hagan quiries y enciendan quinqués que alumbren tu rostro quiñado. Si no, directo a quirófano para hacerte una operación quirúrgica que te implante aquese amor por esta letra, formando quiasmas en el nombre del Padre…

El quid ahora sin quiescencias es: ¿qué querrías hacer? ¿Seguir con tus quejas? ¿Toque de queda para que no salga? ¿Que la quitasen? ¿Quieres que se quede? ¿Seguir con los quesiqués? Busquemos el equilibrio. Un quiebre a la querella. Aquende la queremos… Quizá ahora sea más querida, quizá no te saque de quicio… ¡Quizás!

Mi amiga la “Q”, la requiero como el cheque de cada quincena. La quiero en la quincalla y el quiosco. Quintaesencia de esta letra. ¿Quisieras que abdique a su defensa? Pues, no… y me importa un quinto si no la valoras como yo. 

¿En qué quedamos? ¿Hay quorum?

Si no, ¡mejor te vas a la quimbambas!

Autor: Palabras en Juego

Adelaida Romero, Itser González, Marcos Araque, Mikel Anzola, Norma Garza y Susana Harringhton juegan con las palabras en el Scrabble y también en este espacio que destaca la belleza, riqueza y curiosidades del español.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *