Arantxa Delgado, jugadora española, nos comparte su anécdota sobre la colocación de una forma del verbo altercar: tener un altercado, disputa o discusión.
“Jugaba un torneo, era final de partida y el último atril que tenía era Q, U, E, T, R, E, y L. Mi contrincante, que también tenía 7 letras, valoró que con mis letras yo no podría hacer nada y eligió una jugada con la que me abrió una A de primera, donde yo podía enganchar algo. A continuación yo lo veía imposible, pero empecé a darle vueltas y vueltas hasta que saqué alterque y mi contrincante se quedó muerto en la silla. Yo también, lo reconozco”, nos cuenta.
¡Gracias, Arantxa!
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