Quejicas y quejillosos

No es queja o quejo sino que más bien nos sorprende que, según la región de nuestro amplio territorio hispanohablante y, por supuesto, si se quejan demasiado y la mayoría de las veces sin causa, los quejosos pueden ser llamados quejicas, quejicosos, quejillosos o quejumbrosos.

Aquejar es acongojar, afligir o afectar. Quejar es aquejar y también expresar con la voz el dolor o la pena o sentimiento, resentimiento, desazón o disconformidad. Y tenemos quejumbrar, que es quejarse con frecuencia y con poco motivo.

El quejido es una voz lastimosa, motivada por un dolor o pena que aflige y atormenta. Y lo aquejador es aquello que aqueja.

El quejarse repetidamente, con poco motivo o por hábito se convierte en una quejadera o quejumbre. Ya en desuso está quejura, definida como prisa o aceleración congojosa. También en desuso están aquejamiento y aquejoso.

Autor: Norma Garza

Periodista mexicana. Admiradora de los genios, las mamás, los migrantes y los visionarios. Aficionada a las risas, las palabras amables, el cine y el karaoke.